El relevo en la presidencia del Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (COMIR) no es un simple cambio administrativo. La llegada de Luis Díaz al cargo para el periodo 2025–2027 representa un nuevo capítulo para una industria que vive una etapa decisiva: consolidar lo ya construido, innovar frente a un entorno cambiante y proyectar a México con mayor fuerza en el escenario global.
La toma de protesta de Díaz en el CNIR 2025 en Puebla estuvo marcada por un mensaje claro: la industria de reuniones debe pensarse no solo como motor económico, sino como un ecosistema vivo en el que confluyen conocimiento, innovación, talento y comunidad. “Asumo esta responsabilidad como un acto de gratitud hacia una industria que me lo ha dado todo”, subrayó. No se trata de ocupar un puesto, sino de dejar una huella tangible en quienes hoy forman parte del sector y en quienes habrán de integrarse en los próximos años.
Acompañado por su mesa directiva —Miguel Cruz (vocal), Kitzia Morales (secretaria), Mauricio Magdaleno (tesorero), Tony Gámez (presidenta electa 2027–2029) y Rafael Hernández (vocal)—, Díaz presentó los cinco ejes estratégicos que guiarán su gestión. Un plan ambicioso que refleja tanto continuidad como innovación, y que busca responder a los retos más urgentes del sector.
El primero de estos ejes es la integración de asociaciones y la articulación sectorial. Bajo esta visión, el COMIR se plantea como un verdadero punto de convergencia, capaz de generar sinergias entre las 16 asociaciones que lo conforman. La propuesta incluye el desarrollo de una plataforma digital de información y un manual de colaboración, herramientas diseñadas para facilitar el trabajo conjunto y para evitar que la diversidad de intereses se convierta en fragmentación.
El segundo eje se centra en la profesionalización y el talento joven. En un sector donde la innovación y la creatividad son recursos vitales, Díaz ha insistido en la necesidad de acercar la industria a la academia y abrir espacios reales de participación a las nuevas generaciones. Una de sus apuestas será la creación de una biblioteca digital de conocimiento, que permita compartir mejores prácticas y dar acceso a un acervo en constante actualización. Con esto, busca garantizar que el relevo generacional no sea solo un discurso, sino una realidad que renueve y fortalezca a la industria.
El tercer eje apunta hacia la promoción estratégica y el posicionamiento internacional. La industria mexicana de reuniones ha demostrado su capacidad de resiliencia, pero enfrenta un escenario global donde la competencia es feroz. Para Díaz, atraer más eventos internacionales y reposicionar la imagen del COMIR son tareas esenciales. “Necesitamos que el mundo vea a México no solo como un destino turístico, sino como un socio estratégico capaz de albergar los eventos más exigentes”, señaló.
El cuarto eje está relacionado con la incidencia pública y la agenda legislativa. La pandemia mostró de forma contundente lo vulnerable que puede ser la industria sin un marco de apoyo sólido. Por ello, el nuevo presidente del COMIR busca construir puentes más sólidos con el sector público y establecer una agenda legislativa que garantice reconocimiento, respaldo e incentivos para los actores del turismo de reuniones. La meta es clara: institucionalizar la importancia del sector en las políticas nacionales.
Finalmente, en su quinto eje Luis Díaz plantea una visión de futuro basada en innovación, sustentabilidad e inclusión. Más allá de la continuidad, propone un cambio profundo que impulse una industria moderna y responsable, con herramientas como la transformación digital, la implementación de un código de sostenibilidad, el desarrollo de un barómetro con inteligencia artificial y un programa de inclusión que garantice equidad y transparencia sectorial.
Pero más allá de los ejes estratégicos, lo que destaca en el discurso de Luis Díaz es su capacidad para leer la industria con mirada integral. Reconoce que el turismo de reuniones es un sector altamente competitivo, pero también profundamente humano, donde la construcción de comunidad es tan importante como la atracción de grandes congresos. “El reto está en equilibrar lo cuantitativo con lo cualitativo, en entender que cada evento no solo genera derrama económica, sino también conocimiento, innovación y cohesión social”, afirmó.
Su visión dialoga con un entorno en constante transformación. La digitalización, la sostenibilidad y la inclusión ya no son tendencias pasajeras, sino exigencias de un mercado global cada vez más consciente. En este contexto, el papel del COMIR será acompañar a sus asociaciones en la adopción de estas agendas, sin perder de vista la competitividad. “México tiene todo para liderar, pero necesita hacerlo de manera organizada, con estrategia y con visión a largo plazo”, enfatizó.
El inicio de la presidencia de Luis Díaz coincide con un momento en que la industria mexicana busca reafirmar su posición tras años de resiliencia. Los próximos dos años estarán marcados por la capacidad de convertir desafíos en oportunidades: fortalecer la comunidad, atraer eventos de talla mundial, impulsar a los jóvenes talentos y consolidar la voz del sector ante el gobierno y la sociedad.
El CNIR 2025 en Puebla quedará como el escenario en el que se anunció este nuevo rumbo. Y con él, la promesa de una gestión que, más que administrar, buscará inspirar.
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