El turismo de reuniones no puede entenderse sin la gastronomía. El primer Reporte de la Industria de Alimentos y Bebidas HORECA 2025 lo confirma al poner sobre la mesa cifras contundentes: de los 675 mil millones de pesos que alcanzó este sector en 2024, más de una tercera parte provino de viajeros, nacionales e internacionales, que convierten cada comida en parte esencial de su experiencia.
En el terreno MICE, donde la percepción de un destino se construye tanto en los auditorios como en las mesas, la relevancia de este dato es evidente. No hay convención, congreso o incentivo que no tenga en la comida uno de sus puntos más recordados. Desde un coffee break bien diseñado hasta una cena de clausura con identidad, la gastronomía se convierte en lenguaje estratégico para comunicar cultura, hospitalidad y sofisticación.
El reporte señala que seis de cada diez turistas internacionales eligen destino considerando su oferta culinaria. Esto no solo refuerza el atractivo de México como potencia gastronómica, también marca una ruta clara para la industria de reuniones: integrar de forma más creativa y responsable la cocina mexicana en sus programas. No basta con ofrecer platillos típicos, se trata de diseñar experiencias culinarias que narren la historia del lugar y que agreguen valor al objetivo del encuentro.
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La otra cara del informe revela tensiones: inflación de insumos, rotación laboral, falta de digitalización y presión por incorporar prácticas sostenibles. Estos desafíos impactan directamente al segmento MICE, donde la exigencia de calidad, eficiencia y diferenciación es más alta que en el turismo convencional. El reto para hoteles, restaurantes y banquetes es convertir estas dificultades en oportunidades de innovación: menús de proximidad, reducción de desperdicios, plataformas digitales para mejorar la operación y, sobre todo, propuestas gastronómicas alineadas con la responsabilidad social y ambiental que demanda el viajero actual.
México tiene una ventaja única: su cocina no es un accesorio turístico, sino parte intrínseca de su identidad cultural. Para el turismo MICE, esto significa la posibilidad de ofrecer experiencias auténticas que eleven la narrativa de los destinos más allá de los salones de eventos. El Reporte HORECA 2025 es claro: el futuro del turismo, y particularmente del turismo de reuniones, se servirá en la mesa. Lo que está en juego es cómo transformar cada platillo en una herramienta estratégica de posicionamiento, competitividad y diferenciación en el mercado global.
