No es casualidad que Puebla vuelva a estar en boca de toda la industria MICE. Este lunes, la ciudad fue el escenario de un anuncio que, más allá de su formalidad institucional, trazó una declaración de principios: el XXXI Congreso Nacional de la Industria de Reuniones (CNIR) se celebrará aquí, del 24 al 27 de septiembre de 2025. Lo confirmó Michel Wohlmuth, presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (COMIR), en la conferencia mañanera del gobernador Alejandro Armenta. Lo reafirmaron minutos más tarde, en un recorrido por el Centro Expositor Puebla, futuro recinto de este congreso que promete mucho más que cifras.
Puebla no será sede, será punto de encuentro. La distinción no es menor. Porque este congreso no solo reúne —articula. No solo convoca —proyecta. Y eso lo entienden bien tanto COMIR como el gobierno estatal: esta edición del CNIR representa una oportunidad para consolidar a Puebla como destino estratégico dentro del turismo de reuniones en México.
La escena de esta mañana fue más que simbólica. Con la presencia de medios especializados de todo el país, y con representantes del Comité Organizador, se dio inicio a lo que será una cuenta regresiva llena de planeación, expectativa y colaboración interinstitucional. Desde ahora, COMIR y Panorama Turístico afinan detalles para la entrega de una edición especial dedicada al CNIR y una cobertura que documentará cada paso. Porque esto, para la industria, no es solo un evento más: es la antesala del futuro.
El CNIR 2025 prevé reunir a más de 900 líderes del sector. El 73.2% serán tomadores de decisiones, desde CEOs y directores generales, hasta meeting planners, wedding planners, agencias de incentivo, DMCs, recintos, cadenas hoteleras y proveedores de tecnología. Pero la potencia del encuentro no está solo en el quiénes, sino en el cómo: más de 40 horas de contenido académico, con speakers como Leo Zuckerman, Jorge Rosas y Jorge Serratos. Entre las actividades destacadas: talleres simultáneos sobre storytelling, podcasts, identidad de marca, wellness y viajes corporativos, una zona de experiencias, encuentros universitarios y un programa robusto de networking que incluye desde speed datings hasta actividades lúdicas como el «Jeopardy de la industria» y Golf entre Amigos.

La estructura del congreso está pensada para conectar cabeza, corazón y negocio. Tendremos conferencias magistrales por pensadores que entienden la economía de las ideas; eventos gastronómicos con destinos como Oaxaca, Coahuila y Querétaro como anfitriones; y una clausura que marcará el inicio de una nueva Mesa Directiva del COMIR. Es decir, lo académico, lo simbólico y lo institucional dialogan en una misma narrativa.
Pero si algo sobresale este año es el enfoque colaborativo. La estimación de derrama económica para Puebla supera los 40 millones de pesos. Solo como referencia: en la edición anterior, celebrada en León, Guanajuato, se reportaron 34.4 millones de pesos, con un gasto por asistente entre 1,500 y 2,000 dólares, lo que representa entre tres y cinco veces más que un turista tradicional. Esto convierte al turismo de reuniones en un auténtico catalizador económico. De acuerdo con COMIR, en 2024 se realizaron más de 366 mil eventos en el país, lo que equivale al 1.83% del PIB nacional y más de un millón de empleos directos e indirectos.
Carla López-Malo Villalón, secretaria de Desarrollo Turístico de Puebla, confirmó que la entidad ha venido trabajando desde el inicio de la administración para fortalecer su posicionamiento MICE: más de 163 eventos celebrados y una inversión superior a los 850 millones de pesos. El CNIR no llega a cualquier lugar. Llega a un territorio que se ha preparado para recibirlo, y que ahora quiere demostrar que puede ser referente nacional y continental.
Habrá también un importante componente local: el 80% de la proveeduría será poblana, se generarán empleos temporales y se integrará a universidades locales en las actividades académicas. Porque si la industria de reuniones no deja huella social, no transforma. Y si no transforma, no evoluciona.
Para Michel Wohlmuth, esta edición será especial no solo por su escala, sino por su narrativa: “Venimos a Puebla por amor a Puebla”, dijo con énfasis, cerrando su intervención con una frase que no solo resume el espíritu del congreso, sino que proyecta el compromiso genuino con este destino.
Lo que comienza hoy no es solo la organización de un evento. Es una alianza. Una estrategia. Una visión compartida entre gobierno, iniciativa privada y asociaciones. Una mirada que entiende que los congresos no son reuniones, son plataformas. No son solo sedes, son movimientos. Y Puebla, lo ha dejado claro, quiere ser protagonista.
