En unos días, Daniela Parada Bañuelos tomará un avión con destino a Italia. Pero no será un simple viaje. No se trata de una turista cualquiera ni de una modelo más en la pasarela. Esta joven mexicana llevará en su maleta la esencia de todo un país: sus colores, su historia, su voz y su causa. Participará en Miss Progress International, un certamen con sede europea que va más allá del canon de belleza para convertirse en una plataforma de vocería cultural y social.
Daniela ha sido modelo, formadora de reinas de belleza, organizadora de eventos de moda y directora de pasarela. Su nombre ha resonado en México y también fuera del país, como en Filipinas, donde una de sus alumnas fue reconocida como primera finalista. En esta ocasión ella vuelve al centro de la escena global, representando a México con causa y compromiso. Miss Progress International, el certamen que la recibe, se celebrará el 1 de junio en Santa María de Leuca, una joya costera de la región de Puglia, Italia, con sede en el hotel Messapia. Y aunque en su rostro se nota la emoción, lo que la mueve es mucho más profundo que una corona: “Voy con la mentalidad de que lo hago por mis alumnas”, confiesa con firmeza. “Son mujeres que formo, que cuido, que admiro. Y sé que ellas me están viendo.”
La historia de Daniela no se entiende sin su pasión por el modelaje, pero tampoco sin el amor que tiene por México. “Cuando estás en un certamen internacional, por un momento dejas tu nombre. Ya no eres Daniela. Eres México”, explica. “Allá todo el mundo te identifica por tu banda, por tu país. Y tú te transformas en tu país.” Esa idea la acompaña desde el primer día de su preparación rumbo a Italia: ser digna representante de la riqueza cultural, histórica y humana de su nación.

Por eso, al preguntarle cuáles serían las tres experiencias turísticas imperdibles de México para alguien que lo visita por primera vez, responde sin titubeos. La primera es la Riviera Maya, su zona de especialidad. “Cancún, Chichén Itzá, las playas… es un paraíso. El color, el clima, la vibra. Es como si la naturaleza misma te abrazara.” El segundo destino, sorprendentemente poco valorado por algunos visitantes, es la Ciudad de México. “Es tan vasta, tan rica. Dos semanas no son suficientes. Desde el Centro Histórico hasta lo más moderno, pasando por museos como el Soumaya o Bellas Artes, hay tanto que descubrir.” Y por último, Jalisco, “porque todo lo que el extranjero imagina cuando piensa en México —el mariachi, el tequila, la comida— está ahí.”
Daniela no viaja a Italia solo para modelar. Lo hace como embajadora de una causa. Su proyecto social se llama Bhuni, una marca con causa que promueve el trabajo justo para artesanas en India, cuyos textiles son traídos a México y modelados por mujeres formadas por ella. “Son alumnas integrales, no solo modelos. Son mujeres que buscan hacer un cambio. Las ganancias se destinan a apoyar a comunidades vulnerables del Estado de México, ayudándolas a generar huertos invernadero y proyectos de autosustento.”
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En este punto, Miss Progress se convierte en una vitrina para hablar de sostenibilidad, equidad y empoderamiento. Daniela lo entiende así y lo asume con responsabilidad. “Es un certamen que valora la voz. Que quiere mujeres comprometidas, no solo bellas. Y eso me motiva aún más.”
Hablar con Daniela es asomarse a una mente disciplinada y apasionada. Habla con la seguridad de quien conoce cada aspecto del mundo del modelaje, desde la técnica de pasarela hasta la expresión corporal en cada tipo de atuendo. “No es lo mismo portar un traje típico que un vestido de gala. Hay que entender el diseño, la cultura detrás. Cada paso comunica algo.”
Y en esa comunicación, Daniela se ha convertido también en promotora turística. “La gente ama México. Les encanta nuestra comida, nuestra cultura, nuestra gente. Les hace gracia que pensemos que todo es picante, pero les fascina. Y cuando te ven como embajadora, quieren saber más, quieren conocer. Por eso hay que estar preparada: para hablar con propiedad, con entusiasmo, con orgullo.”

Para ella, la moda y el turismo no son caminos separados. Son hilos que pueden entretejer una narrativa cultural poderosa. “Como embajadora tienes que ser culta, amable, clara. Porque en cada conversación estás invitando al mundo a conocer México.”
Antes de cerrar la entrevista, Daniela deja un mensaje que vibra con honestidad: “Quiero que sepan que tienen el poder de crear todo lo que desean en la vida. No será fácil, pero con disciplina, una mente positiva y amor por lo que haces, todo es posible. El amor es una de las energías más poderosas del mundo. Y si tu pasión puede transformar la vida de alguien más, ese es el verdadero éxito.”
Y así, con esa visión clara, Daniela se prepara para representar a México en un escenario mundial. Más allá de la competencia, su viaje es uno de propósito, de identidad y de conexión con el mundo. Porque cuando Daniela desfile en Italia, no solo lo hará como modelo. Lo hará como el rostro de un país lleno de historias, colores, sabores y sueños que merece ser compartido.
