En el corazón financiero de la Ciudad de México, el Club de Industriales se transformó durante una semana en un rincón de la Riviera Italiana, donde los sentidos de los asistentes fueron cautivados por la magia de la alta cocina del Chef Corrado Corti. Este renombrado maestro culinario, conocido por su talento para reimaginar la tradición italiana con un toque de sofisticación moderna, llevó a los invitados en un viaje sensorial directamente al Splendido, una joya de Belmond Hotels en Portofino.
Todo comenzó con el primer bocado: un Carpaccio di mano Classico alla Cipriani, una obra maestra minimalista que resalta la elegancia de lo simple. Los sabores frescos y precisos dejaron claro que este no sería un banquete común. Siguió la emblemática pasta Elizabeth Taylor, un tributo no solo al glamour del pasado, sino también a la impecable reputación de La Terraza, el restaurante insignia del Splendido. Cada platillo contaba una historia, un pedazo del espíritu de Portofino servido con maestría.
La experiencia no terminaba en el plato. Las bebidas seleccionadas, cortesía de LVMH, actuaron como cómplices perfectos para los sabores diseñados por Corti. El rosado Minuty Prestige, con sus aromas florales y toques frutales, parecía invocar la brisa marina de la Riviera. Por otro lado, el Moët & Chandon Rosé 2015 celebraba cada instante con su burbuja delicada, mientras que el profundo carácter del vino tinto Termes 2019 añadía intensidad a los momentos más robustos del menú. Por su parte, el Terrazas Grand Chardonnay 2021, fresco y afrutado, era un homenaje líquido a la frescura de los ingredientes mediterráneos.
El Club de Industriales se erigió como el escenario perfecto para esta Semana Splendido. Su ambiente sofisticado y la exclusividad que caracteriza a sus eventos lograron encapsular la esencia del lujo y la elegancia italiana. Más que una simple degustación, fue una convergencia de tradiciones: la riqueza culinaria de Portofino y el refinamiento del Club de Industriales, un lugar emblemático para la élite empresarial mexicana.
Los asistentes no solo disfrutaron de una gastronomía impecable; también experimentaron un puente cultural entre México e Italia, donde los sabores y los aromas se convirtieron en el lenguaje común. En cada detalle, desde la presentación de los platillos hasta el servicio impecable, se palpaba el esfuerzo por ofrecer algo más que una cena: una inmersión completa en el esplendor y el arte de vivir italiano.
En una ciudad vibrante como la Ciudad de México, momentos como la Semana Splendido no solo destacan por su exclusividad, sino porque se convierten en una celebración de la buena vida, una pausa para saborear el lujo y la belleza en su máxima expresión.
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